El Adelantado de Segovia. Crónicas del Sentimiento. La fatalidad del socavón surgido durante el último temporal en la carretera N-6, a su paso por San Rafael, ha puesto una vez más en evidencia la grave inseguridad vial que supone esa travesía urbana, cada vez más cargada de tráfico, de peligro y de siniestros. Desgraciadamente, el incremento del tráfico pesado de esta carretera se ha convertido para San Rafael en un tremendo mal, que requiere un gran remedio. La seguridad es lo primero.     

Para descargar a esta vía de esa presión asfixiante, sigue siendo válida la solución que se logró en 1997 para el municipio de Guadarrama, cuya travesía principal está libre desde entonces del tráfico de camiones, derivados en ese tramo sin coste alguno a la AP-6, mientras que los vehículos ligeros pueden transitar por la vía principal del pueblo de forma libre y voluntaria. Es un buen ejemplo, vigente desde hace más de un cuarto de siglo.

En distintos medios, como responsable de los transportistas segovianos (etapa que de forma natural ya toca a su fin) y también a título personal, vengo apostando desde hace tiempo por la solución para este conflicto: la gratuidad plena de la autopista AP-6. Con los años, he aprendido que es mejor buscar soluciones que señalar culpables.

En algunas ocasiones me he sentido impotente en esta contienda, como intentando doblar una barra de hierro con un simple martillo de madera; pero ahora, con el caos circulatorio que ha provocado en San Rafael el citado socavón, veo que surge la unanimidad de acción y hasta se alza la voz colectiva para exigir la gratuidad de la autopista, al menos durante el tiempo que duren las obras del referido socavón. Poco pedimos.

El barranco se reparará lo antes que puedan, pero el problema en San Rafael seguirá. La gratuidad debe ser efectiva cuanto antes, para siempre y para todos, al menos como en el tramo del pueblo de Guadarrama. Y es que esta propuesta no va contra nada ni contra nadie, sino en beneficio de la seguridad de un pueblo, que tiene la obligación de evitar que se repitan sus tragedias y el derecho a afrontar su futuro con mejor calidad de vida, y sin miedo.

Que nadie se alarme, por favor, esta medida de rescate no es una ocurrencia caprichosa ni una utopía aislada; en enero de 2020, después de cincuenta años de explotación privada, el Estado rescató y dejó libre de peaje la AP-4, entre Sevilla y Cádiz. Hay más ejemplos, desde 2018, se han eliminado los peajes de numerosos tramos de distintas autopistas de la red nacional: AP-7, AP-2, AP-1, AP-9… Por motivos de seguridad vial, se bonifica en la actualidad el transito por un tramo de la AP-66. Y se sigue avanzando en ese camino, la próxima autopista liberalizada será la AP-68, entre Bilbao y Zaragoza, a partir de noviembre de 2026.

En julio de 2024, el ministerio de Transportes acordó la gratuidad del peaje en el tramo de la circunvalación de Alicante, de la AP-7, de forma provisional y durante unos meses. Vale, pues la medida comienza a consolidarse: el ministerio ya ha prolongado la gratuidad hasta febrero de 2026, y ya se publican noticias que anuncian la liberalización definitiva.

La concesión administrativa de la AP-6 termina el 19 de noviembre de 2029. Es la autopista más esperada y también la más cara de España por kilómetros. Los segovianos llevamos 61 años y unos meses pagando. Tampoco es obligatorio esperar hasta que llegue esa fecha y, mucho menos, dejar que se apruebe entonces otra prórroga. No lo pido sólo para los transportistas, lo hago para todos y apelando principalmente a la seguridad de un pueblo: ¿Qué más tiene que volver a suceder en San Rafael para dar este paso definitivo?  

Dicen que costará dinero. En este país ya conocemos cómo asumir los grandes gastos extraordinarios y sobrevenidos: entre todos. También sabemos que, si los que mandan quieren, es posible tomar decisiones valientes y asumir cualquier gasto nuevo, por cuantioso que sea. Éste es de justicia y nos afecta a muchos, empezando por la seguridad de los vecinos de San Rafael. Si no lo pedimos ahora, unidos y con sentimiento, no lo conseguiremos nunca, ni en este momento tan crucial ni dentro de tres años; entonces, tendremos que tragarnos una nueva prórroga, los camiones seguirán asfixiando a San Rafael y ese peaje continuará frenando el desarrollo de Segovia y de Castilla y León. Hay que exigirlo ya.

Recientemente, en enero y febrero de este año, los directivos de Asetra hemos visitado el Senado y el Congreso de los Diputados. No han sido dos excursiones recreativas, fuimos con la agenda ordenada y los deberes hechos. Acogidos por los parlamentarios segovianos de los dos principales partidos, comunicamos a los portavoces respectivos en ambas cámaras, en materia de transportes, los principales problemas del sector y, de manera especial, nuestra conocida petición respecto a la gratuidad de la AP-6. Los referidos parlamentarios nos escucharon con atención, sintonía y afecto. Gracias.

Una de las demandas que planteamos en la segunda visita, la prórroga del sistema fiscal de módulos para los transportistas autónomos, ya está resuelta satisfactoriamente y aclarada por parte de la Agencia Tributaria. Bien. Pero el principal objetivo de nuestras peticiones sigue pendiente: gratuidad de la AP-6, cuanto antes, para siempre y para todos.