El Adelantado de Segovia. Crónicas del Sentimiento. Durante diecisiete años he estado acariciado el sueño de regresar a Mozambique de la mano de Jesús Torres. Este año, en enero, lo teníamos acordado, pero nos vimos obligados a suspender ambos el viaje a consecuencia de las sangrientas revueltas que sufría la principal ciudad que teníamos como destino, Maputo, según crecía el números de manifestantes y policías muertos.
El estado de alarma remitió poco a poco en la capital, tras la toma de posesión del presidente electo y Jesús voló, por fin, el 25 de mayo, coincidiendo con su ochenta cumpleaños. Yo tenía el plan de incorporarme después. Desgraciadamente, en un viaje interior entre Beira y Maputo, el día 6 de junio, el padre Jesús sufrió un Ictus isquémico durante el vuelo y le trasladaron aún con vida a un hospital de la ciudad de Numpala, donde falleció en la madrugada del 8 de junio. Gracias a las gestiones personales de un alumno suyo en el seminario de Beira, Adelino Xerinda, y a otro antiguo alumno del instituto María Zambrano de El Espinar, el comandante de vuelo Javier Román, se pudo agilizar la repatriación a España del cuerpo de Jesús Torres, que llegó a Barajas el día 12, con el fin de ser enterrado esa misma tarde en su pueblo natal, Pinillos de Polendos, junto a los restos de sus padres, Beatriz Bravo y Eustaquio Torres. Esa tarde, la iglesia, la explanada y el cementerio de Pinillos se vieron inundados por un inmenso clamor humano, procedente principalmente de las distintas parroquias por las que pasó Jesús Torres: El Espinar, La Estación, San Frutos (Segovia), Aguilafuente, Sauquillo, Lastras de Cuéllar, Madrona, Fuentemilanos, Valdeprados, Perogordo, La Misión (Mozambique)…
Tras este doloroso desenlace, no lo dudé un instante y mantuve mi propósito de viajar a Mozambique en la fecha prevista, pues eran muy fuertes las razones que me impulsaban. Sabía que ahora sería distinto, al no tener esta vez a Jesús como anfitrión y guía, por eso me llevé como compañero de viaje a mi hijo Pablo. ¡Gracias, hijo!
He cumplido, a mi manera, los objetivos previstos y ya estoy otra vez en Segovia y en mi pueblo. Llegué este viernes, después de un atracón de aeropuertos y aviones (odio ese trajín), con tiempo de asistir a un homenaje solidario al padre Jesús, ofrecido por SeGospel, a favor de la ONG Kupfunana, en la iglesia de Nueva Segovia. Fue un caluroso éxito, con el templo repleto y la gente entregada, coreando y acompañando con palmas cada canción. El recuerdo del sentimiento de Jesús Torres sigue vivo y creo que se prolongará.
Las emociones se me entrelazan sin freno y me llevan envuelto por el sentimiento de aquí para allá, sin dejarme hueco para revisar con sosiego todo lo vivido durante estas últimas semana. Necesito tiempo y descanso.
Siento mucho la muerte de este gran amigo tuyo y un buen hombre.Kupfunada.
Leído cocina
Me alegro de tu de tu vuelta sano y salvo
Y siento no haberme enterado del homenaje